Limosna

Limosna

Lo mucho que se gana al darla y lo mucho que se pierde al no darla. Para los que hacen el bien habrá alegría, honor y paz. (Rom. 2, 10)

Para todo el que obre el mal, tristeza y angustia vendrán. Recuerde que, aunque alguien sea sacerdote, puede perderse si comete impurezas o No Da Limosnas.

Insistan en que son muchos los que se pierden por no haber hecho buen uso de sus riquezas y por no haber repartido lo suficiente a los pobres. ¿Por qué callarse acerca de la grave obligación que cada cual tiene de dar Limosna?

Dijo Jesús: “Den limosna de lo que poseen y todo quedará puro para ustedes”. El Dr. Albert Sweitzer, famoso médico y excelente pianista, llevaba una vida normal y sin preocuparse por ayudar a los pobres. Pero un día fue a un acto de culto y oyó leer la Parábola del rico Epulón y al oír allí que el rico se fue al infierno por no haber querido ayudar al pobre Lázaro, se conmovió profundamente. Vendió sus bienes. Se fue al África a ayudar a los más necesitados. Fundó un hospital para leprosos y él mismo los atendía gratuitamente. Cada año regresaba a Europa y presentaba conciertos de piano en los teatros. Todo lo que recaudaba era para seguir atendiendo a los pobres.

“Si quieres ser perfecto, reparte tus bienes con los pobres, ven y sígueme”. (Lc. 18, 22)