Octubre: Mes de las Misiones y del Santo Rosario

Octubre: Mes de las Misiones y del Santo Rosario

El 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, da inicio el Sínodo: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. La misión en tercer lugar, no porque sea menos importante, sino porque no hay misión efectiva sin fortalecer los lazos de comunión y facilitar a todos un lugar donde cumplir el mandato de Cristo: “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos: bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. (Mt. 28. 19). La presencia activa y efectiva del Espíritu Santo que “procede del Padre y del Hijo” hace que la misión no sea pura propaganda, sino “un permanente Pentecostés” (Mons. Ignazio Hazim, Congreso mundial de las Iglesias, Upsala 1968).

“Sin el Espíritu Santo, Dios está lejos”. Comentando estas palabras, del metropolita Hazim, el p. Severino Ma. Alonso CMF, escribía: “Sin el Espíritu Santo, Dios no sólo está lejos, sino que es infinita lejanía. Es el Absoluto, eterno e inaccesible, Creador y Señor que todo lo puede y que todo lo domina, que inspira respeto e incluso miedo, que sobrecoge y que estremece por su infinitud y que oprime y aplasta con su grandeza. ¿No es ésta la imagen de Dios que tantas veces nos han ofrecido?” A esto añado: ¿No es este el concepto de Dios que está tratando de regresar de manera solapada en algunos ambientes que invocan una supuesta pérdida del sentido del misterio como razón para sacar a Dios de Nazaret, de las orillas del mar de Galilea, de la mesa de Zaqueo y de la casa de Betania, para devolverlo a la cumbre del Sinaí y al Sancta Sanctorum del Templo de Jerusalén? Un misionero busca acercar, no alejar a Dios, ni de Dios.

Monseñor Marcos Pérez obispo de Cuenca, Ecuador dice: “Confesamos que la Iglesia es católica, es decir universal, llamada a anunciar el Evangelio a todos los pueblos y naciones. El anuncio del amor de Dios no es proselitismo, ni es una especie de campaña esporádica para reclutar miembros de un gremio o asociación, es misión permanente. El anuncio de la Buena Noticia se difunde con la santidad de vida y las buenas obras”. Para no caer en el proselitismo necesitamos pues al Espíritu Santo, porque:

“Con el Espíritu Santo y gracias a él, Dios es cercanía infinita, infinita Ternura, Amor-Amistad, Presencia viva, Misericordia entrañable, Trinidad-Familia, misterioso Hogar, el gran Amigo del hombre, que quiere su plena realización humana, como activo colaborador suyo, y que respeta temblorosamente su libertad. Por eso, nuestra actitud fundamental ante él es la adoración estremecida, la fe inquebrantable en su Amor, la ilimitada confianza, la docilidad activa, la adhesión incondicional, la cooperación responsable y la alabanza agradecida. La adoración no es esclavitud sino «el éxtasis del amor». (Severino-María Proyecto personal de vida espiritual. Madrid 1993).

La Diócesis de Arecibo ha trabajado con entusiasmo todo lo relativo al Sínodo y aguarda con esperanza el resultado de las sesiones de 2023 y 2024. Pero no hay que esperar para empezar a trabajar aquellas cosas que sabemos forman parte de una iglesia sinodal: el fortalecimiento de los lazos de comunión, con un pastor amable y disponible, cercano y sin aristas. Que los grupos de ujieres sean un ministerio de hospitalidad, sonrientes, dando la bienvenida, ayudando crear una atmosfera de acogida. Que los diversos movimientos y grupos parroquiales no se vean como un club cerrado, sino un espacio disponible también para aquellos que no tienen intención de integrarse totalmente, pero se sienten atraídos por sus ideales y obras. Que todos procuren la más amplia participación de los fieles, teniendo como objetivo fortalecer el espíritu misionero.

Hoy se dice que “la Misión tiene una Iglesia”, porque Jesucristo, enviado del Padre, nos ha encargado la responsabilidad de continuar su tarea. El papa Francisco nos ha ido trazando un camino, y nos ha pedido un nuevo estilo y talante para realizar nuestra responsabilidad misionera. Eso es lo que se llama “conversión pastoral” y “conversión misionera”. La primera exige “que confiemos en Dios y no tengamos miedo de realizar una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda la estructura eclesial se conviertan en cauce adecuado para la evangelización del mundo actual. La conversión pastoral exige que todas las estructuras se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria -en todas sus instancias- sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida. Pastoral ordinaria es la catequesis parroquial, la pastoral familiar, los grupos laicales, la pastoral con jóvenes, enfermos y ancianos, la pastoral social y otros espacios de evangelización. La conversión misionera requiere que todos los agentes de pastoral tengan espíritu misionero: catequistas, profesores, animadores de jóvenes y de familias, dirigentes de movimientos laicales, ministros laicos de la Palabra y de la Eucaristía, entre otros”. Aunque son muy parecidas, una enfatiza en la renovación de las estructuras y la otra se centra en la espiritualidad misionera que debe animar a todos. Sería excelente un diálogo abierto y amplio en cada parroquia sobre esto.

El mes de octubre es mes de las misiones, (quizá algún día sea el mes de la Misión). Es providencial que se hayan unido en un mismo mes misiones y rosario pues la misión necesita oración y el rosario una de las oraciones más populares en la Iglesia. Incluso tenemos el rosario misionero que une ambas. Los animo a que sigan rezando el rosario donde ya es una costumbre y que, en este mes se dé preferencia al rosario misionero. Para enfatizar en este concepto se puede colocar el globo terráqueo o un mapamundi, para recordar la universalidad de la misión u otro subsidio audiovisual pues seguro que hay personas en sus comunidades con la inventiva suficiente para hacerlo. Recen el rosario algún día fuera del templo, llévenlo a las comunidades, enfaticen en los misterios. El rosario es un compendio del kerigma que, como dice la oración del Ángelus, anuncia la Encarnación, la pasión y la cruz, y la gloria de la resurrección. Los misterios luminosos pueden ser considerados como una extensión de los gozosos, pues la Institución de la Eucaristía nos coloca a las puertas de la Agonía en Getsemaní. Así el rosario se vuelve un recurso muy valioso para la evangelización ya que el kerigma es la punta del arado de la predicación cristiana, traspasa los corazones y mueve a la conversión. (Hc 2, 37).

“La Iglesia existe para evangelizar, debe caminar por el mismo camino de Cristo, el camino de la pobreza, de la obediencia, del servicio y de la inmolación de sí mismo” (Papa Francisco) Aprovechemos este mes para renovar estas convicciones en todos. Que Santa Teresita y San Francisco Javier intercedan por nosotros. Y que la Virgen del Rosario pida para nuestra Iglesia un nuevo Pentecostés.

Gracias a todos.

+ Alberto A. Figueroa Morales