No enturbies con tu mal ejemplo lo que tienen que beber son sus ojos y oídos los que vienen detrás de ti.
No pisotees con tus malas obras lo que tienen que comer con sus ojos y oídos los que vienen en el turno siguiente a ti. (San Agustín)
Explicar a los niños y jóvenes lo que saben y necesitan saber, no es darle la fruta ya masticada, sino el coco ya partido. No los remplacemos en lo que ellos pueden hacer y conseguir, pero sí colaboremos en lo que no lograrían obtener ellos solos. (R Plus)
La terquedad se esconde en el corazón del niño y del joven, la corrección y el castigo la hacen salir de ese corazón. (Prov. 22, 15)
Cuando más creador seas y más ideas buenas e iniciativas se te ocurran más imagen y semejanza de Dios serás. (Betancourt)
Un rico mirando a un pobre, levantó los ojos al cielo y exclamó: “¿Qué has hecho Oh Dios, favor de este pobre que se muere de hambre?”. Y una voz de lo alto le respondió:” Te hice a ti para que lo ayudes”. Algo semejante nos dirá también a nosotros.
Los que ayudan a los pobres serán muy bendecidos por Dios, y los que más dan a los necesitados, mas recibirán del Señor. (Prov. 22,9)
La fe no se consigue con técnicas o con estudios, sino con oración. Ella es un regalo gratuito de Dios. (San Juan Pablo II)
No digamos como aquel rezador egoísta que exclamaba: “Ten compasión de mí y de mi hijo, pero de nadie más”.
No olvides que Dios conoce los corazones y observa toda su vida y le dará a cada cual según hayan sido sus obras. (Prov. 40l 1)
La impaciencia es esperar con prisa. Paciencia es esperar sin afán.