Todo hombre es mi hermano

Todo hombre es mi hermano

Será forzoso insistir en la idea de que todo hombre es nuestro hermano; no importa de dónde sea, ni de dónde venga, a dónde vaya. Y si todo hombre es mi hermano, a todo hombre debo amar y ayudar como a mi hermano.

  • Préstame tu vivir, remoto hermano,
  • para que ponga en él lo que falta;
  • el sabor de mi pan, para tu hambre;
  • para tu soledad, mi compañía.
  • De mi fibra, el calor para su frío.
  • De mi esperar, sostén para tus ansias.
  • De mi llorar, consuelo compartido.
  • De mi creer, oasis de bonanza.
  • De mi lucha, valor en tu camino.
  • De mi entender, la luz que te haga falta.
  • Y de todo mi amor, bálsamo tibio,
  • que, si vives sin Dios, te ofrezco el mío.

“La Iglesia, en virtud de la misión que tiene de iluminar a todo el orbe con el mensaje evangélico y de reunir en un solo Espíritu a todos los hombres de cualquier nación, raza o cultura, se convierte en señal de fraternidad, que permite y consolida el diálogo sincero”. (GS 92)