Mensaje del Obispo de Arecibo, Daniel Fernández Torres, para la Cuaresma 2020

Mensaje del Obispo de Arecibo, Daniel Fernández Torres, para la Cuaresma 2020

“Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.” Jn 15,13

El 28 de febrero, Miércoles de Ceniza, comenzamos la temporada de Cuaresma, que nos prepara para la Semana Mayor.

Celebramos al Mayor Amor. No aquél que sólo da lo que puede comprar con dinero, sino el Amor del que da su propia vida, el amor que se entrega sin medidas,  el que perdona incluso desde la cruz. Aquel amor que le lava los pies al que lo traiciona, sabiendo que lo va a traicionar. 

Es el Amor que nos espera siempre, en cada Misa, en cada Sagrario, en la soledad de nuestras vidas, y que se hace presente aún en medio de las ruinas de la tragedia.

Caminamos sobre aquel terremoto que, al morir Jesús, rasgó el manto en el templo que separaba al ser humano del lugar donde estaba la presencia de Dios. Es el mismo terremoto que hizo caer de rodillas a un pagano que, viendo que tembló la tierra al morir Jesús, reconoció que verdaderamente ése era el Hijo de Dios. Es el temblor que movió la piedra para demostrarle a los discípulos que Cristo había resucitado.

Ahora, la tierra tembló, camino a esta celebración. Es nuestra oportunidad para  caer de rodillas como el soldado, acercarnos a Dios sin nada que nos separe de Él, entrar a la tumba vacía para salir al encuentro con el Resucitado. Ése es el verdadero Amor.

Que el llamado a la caridad, abstinencia y penitencia de la Cuaresma nos interpele  hoy más que nunca en Puerto Rico a alejarnos de todo pecado, desprendernos de todo lo que nos aparta de Dios, correr arrepentidos al sacramento de la Reconciliación y luego, convertir el ayuno en obras de caridad y misericordia.

Que Dios les bendiga.