La Verdadera Familia de Jesús: Una Reflexión sobre Lucas 8,19-21

La Verdadera Familia de Jesús: Una Reflexión sobre Lucas 8,19-21

Lectura del santo evangelio según san Lucas (8,19-21):

En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.
Entonces lo avisaron: «Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.»
Él les contestó: «Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra.»

La lectura del santo evangelio según san Lucas (8,19-21) nos invita a reflexionar sobre la verdadera familia de Jesús, no limitada a lazos sanguíneos, sino extendida a todos aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra. Esta enseñanza puede ser un faro de luz en nuestra vida diaria, en nuestro servicio en la parroquia y en los movimientos apostólicos.

En nuestro día a día, podemos enfrentarnos a situaciones donde nuestras creencias y valores son puestos a prueba. La palabra de Dios debe ser nuestro guía, y debemos esforzarnos por vivir según sus enseñanzas, siendo así parte de la familia espiritual de Jesús. Al hacerlo, construimos un entorno de amor y respeto, reflejando los valores del evangelio en cada acción y palabra.

En la parroquia, esta reflexión nos llama a ser inclusivos, a abrir nuestros corazones y mentes a todos los que buscan a Dios. Debemos ser un refugio para aquellos que buscan la verdad y la paz, y trabajar juntos para construir una comunidad sólida y unida en la fe. Al poner por obra la palabra de Dios, nos convertimos en verdaderos hermanos y hermanas en Cristo, y nuestra parroquia se convierte en un lugar de encuentro y crecimiento espiritual.

En los movimientos apostólicos, esta enseñanza nos motiva a salir al encuentro de los demás, a llevar la buena nueva a todos los rincones del mundo. Debemos ser testigos del amor de Dios, y a través de nuestras acciones y palabras, invitar a otros a unirse a la familia de la fe. Al hacerlo, contribuimos a la construcción del Reino de Dios en la tierra, y nos convertimos en instrumentos de su paz y amor.